miércoles, 30 de marzo de 2011

Bruno *


Recorre la escuela, lo mismo te saluda, que te mira por la ventana a lo lejos, no corre porque dice que se cae, se la pasa abrazado del maestro, como buscando su cariño, como pidiendo aceptación. Si alguien toca a la puerta más de 5 veces durante la tarde, es él, a veces el único visitante que me desconcentra de lo que intento avanzar ahí, inventando estrategias que sirvan a los demás chicos (as) sin que suene trillado, intentando dar lo mejor de mi que he acumulado cuando soñaba regresar a las aulas de apoyo.

Bruno toca el cristal trepado en una bardita para alcanzar la ventana, me sobresalta, sin embargo me mantiene alerta, es como si jugara el papel de campanita, que me recuerde que ahí sigue, no sólo él, sino los demás, que no olvide lo que deseaba lograr , ayudarlos con un granito de arena hasta hacer una montaña.
Creo que ya lo extraño cuando no lo veo por el patio de la escuela, curioseando todo...con esos ojitos oscuros que  dicen estoy ...sin estarlo.





                                                                         By Veranie *








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