Hace unas semanas tuve que trasladarme a Guanajuato una ciudad encantadoramente colonial; rodeada de cerros, desde pequeña solía ir cada verano, lo que me encantaba de esta ciudad no ha cambiado, y lo que ha cambiado ni lo conocí, así que me daba igual la modernidad de que ha sido objeto ya que su esencia no la ha perdido ; recorrer calles, túneles, subidas, bajadas, mirar las costumbres, sentir el frío de la noche recorrer mi piel, mirar las luces de la ciudad que se conjuntan como si fuera un mundo de luciérnagas, cuanto anhelé sus manos en las mías y su abrazo apretando fuerte, más cuando dije hasta pronto tía...nunca te olvidaré por tu energía, por tu manera tan simple de llevar la vida pero haciendo mucho a tu paso, por cuidar de mi padre cuando era niño, porque al mirar sobre tu tocador estaba su foto, y sentí cuanto lo extrañaste todo este tiempo, pero ya has ido a su encuentro...y tuve que acudir hasta ahora a tu lado para darte las gracias infinitas porque justo aprendí de ti que si alguien a quien quieres, amas, o extrañas no va a ti...tú tienes que ir hacia él no importando las distancias, ni el tiempo, tal como lo hiciste siempre con mi familia, un eslabón que sólo tú lograste mantener unido con las raíces del bello Guanajuato.
By A*
By A*
1 comentario:
Mexico es un país que me gustaría conocer.
Cuando vuelves a una ciudad donde has pasado buenos momentos, la nostalgia se apodera de tí, al menos eso me sucede a mí cuando visito Granada (España)
Saludos
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