domingo, 6 de febrero de 2011

Perdonar es divino...*

Pensaba respecto al perdón lo difícil que resulta para muchas personas otorgarlo, ese resentimiento u orgullo que no deja avanzar en la vida, pero todo depende de uno mismo, si dejamos que esta pesada sensación nos ahogue aún y cuando han pasado los años y tenemos nuevas ilusiones. En lo personal suelo  perdonar fácilmente, reconozco que si me genera sentimiento; tristeza, pero no permanente, en cuanto empiezo a sanar , olvido y me enfoco en lo nuevo que la vida me plantea y el enojo se esfuma, quizás y no siempre; por un tiempo prefiero alejarme tanto fisica como mentalmente de la persona que me falló en lo que yo creía que importaba , una especie de duelo, pero al cabo de poco tiempo zas! se me olvida, al final no vale la pena estancarse en este tipo de sentimiento, cuando uno no puede avanzar es conveniente preguntarse ¿Por qué me cuesta tanto olvidar y perdonar?  ¿Quizás algo pendiente dejé ahí y  en el fondo cargo una culpa? 
Muchos son los motivos para perdonar, sé que no es fácil para muchas personas sin embargo todo depende del valor que le demos a las cosas negativas...nuestro principal motivo es seguir viviendo , soltar el pasado, sentirnos libres de ataduras que nos impidan disfrutar el nuevo amor, el nuevo trabajo, la nueva ciudad, los nuevos amigos, en fin...disfrutarnos a nosotros mismos libres de resentimientos. El resentimiento enferma, está comprobado. Cuando somos capaces de perdonar es porque nos hemos dado cuenta que valemos más que cualquier persona y situación dañina...Lo mismo es a la inversa, no dejar pendientes con nadie si sabemos que le fallamos o lastimamos , vale la pena intentarlo, dar un paso adelante, acercarnos a decir lo siento...si la otra persona no es capaz de perdonar entonces ya no es culpa de dos...Les comparto la siguiente lectura  , espero que les guste:



El tema del día era resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico.Ya en clase elegimos una papa por cada persona que guardábamos resentimiento.
Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas.
El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas.
Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado desatendía cosas que eran más importantes para mí.
Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra "mochila" sentimental.
Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse.
Me di cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o las promesas no cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi atención se dispersaba.
Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando mi espíritu.
La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón es una expresión de amor.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.
Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento. Te tiene encadenado.
La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.
El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario.
Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
"La declaración del Perdón es la clave para liberarte".
¿Con qué personas estás resentido?
¿A quiénes no puedes perdonar?
¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos?
"Perdona para que puedas ser perdonado"
"Recuerda que con la vara que mides, serás medido..."


 
 
 
 



2 comentarios:

Yessi dijo...

¡ Vaya, sin duda un gran ejercicio y algo parecido deberiamos hacer todos los días para evitar tantos resentimientos y reconres absurdos !.

Saludos.

Humberto Dib dijo...

Hola, Veranie, ando visitando blogs que suelo ver en espacios de mis amigos, el tuyo aparece en varios. Me pareció muy bueno, así que voy a quedarme por aquí como seguidor.
Si tienes ganas, te invitó a pasar por el mío.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.

www.humbertodib.blogspot.com